miércoles, 30 de abril de 2014

Confiando en el estado

Hablamos mucho del estado y de cómo es la mejor manera de vivir en sociedad pero, ¿podemos confiar realmente en el estado?
Es evidente que la sociedad es, por así decirlo, el hábitat natural del ser humano, lo que nos caracteriza y nos hace humanos, y que esta ha ido evolucionando hacia el estado, pero no hay forma de estar seguros de que el estado busque el bien común, es decir, el beneficio de la sociedad.
Pongamos por ejemplo el caso de España en la actualidad. El gobierno nos impone recortes aduciendo que es lo más beneficioso para toda la sociedad y es el único modo de salir de la crisis, cuando a la mayoría nos resulta evidente que lo que esas medidas persiguen es el beneficio de las grandes empresas, los bancos... en general, de los poderosos. Es de lo más irónico que el que de lecciones sobre austeridad sea un gobierno en el que casi todos sus miembros son corruptos.
Este es solo un ejemplo, pero sabemos que no es el único, ya que en muchos países los ciudadanos perciben a los políticos como corruptos. Teniendo en cuenta que las estadísticas dicen que en la mayoría de los países se considera a los políticos como corruptos es evidente que resultará muy difícil, sino imposible confiar en una institución que después de todo está a su cargo.
Es evidente que una institución corrupta no perseguirá nunca el bien común, sino el suyo propio, por lo que tratará de oprimir a los trabajadores para beneficiarse a su costa, cosa que ya hacen los estados capitalistas. Es decir, el estado tratará de controlar y dominar la sociedad para poder continuar oprimiendo a los trabajadores y así seguir beneficiándose, una situación insoportable para los trabajadores, que están siendo oprimidos y no tienen modo de escapar de la opresión, ni desean hacerlo, ya que han sido educados para creer que no hay ninguna alternativa, porque el estado controla el sistema educativo y le sería contraproducente hablar o proponer alternativas viables que pudiesen suponer su final.
Está claro que no podemos disolver el estado, porque es a lo que nos ha llevado la sociedad, es decir, que no podemos vivir fuera del estado porque el estado es la forma más perfecta de la sociedad, que es después de todo lo que nos hace humanos, pero sí deberíamos tratar de cambiarlo y hacer que sea menos corrupto, porque actualmente no es una institución que inspire confianza al pueblo.

1 comentario:

  1. Bien Sofía. No acaba de quedar claro cómo es posible un Estado bueno o "menos corrupto".
    Saludos

    ResponderEliminar