Es el momento de que
nos preguntemos de nuevo quiénes o qué somos, ya que esta es un una gran
incógnita que siempre marcará nuestra existencia y para la que, a lo largo del
tiempo, se han dado gran cantidad de respuestas. En un principio se dijo que éramos
seres casi divinos, luego éramos seres con alma, más tarde nos convertimos en
animales evolucionados, o seres irracionales, pero nada de esto acaba de
responder a la pregunta ya que, como todas las preguntas filosóficas no tiene
una sola respuesta correcta. En la actualidad esta sigue siendo una incógnita,
ya que ninguna respuesta parece convencernos del todo.
En mi opinión el ser humano es un ser que posee inteligencia
y la habilidad de razonar, algo que es posible porque los seres humanos
poseemos un alma que nos hace distintos del resto de seres y nos de libertad de
elección y la habilidad de tener un pensamiento coherente y razonado.
El alma se definiría como nuestra personalidad, aquellas
ideas que no cambian y que nos definen, por ejemplo, una persona muy habladora
no dejará de serlo a lo largo de su vida, es una parte inmutable de su
personalidad, de su alma.
Sin embargo no solo tenemos un alma, sino que también
tenemos un cuerpo material, un cuerpo que tiene necesidades físicas que nos
distraen de algo que se intrínseco en la naturaleza humana, como lo es la
búsqueda de la verdad.
En este caso cuando hablamos de verdad nos referimos al
conocimiento que, al fin y al cabo es la verdad de las cosas, y que conlleva la
felicidad. Esto quede parecer contradictorio pero en realidad no lo es tanto,
basta con pararse a pensar un momento en lo bien que nos sentimos, por ejemplo,
cuando resolvemos correctamente un problema
de matemáticas, o en la alegría que sentimos al darnos cuenta de que
entendemos algo complicado.
Pero, ¿qué es el conocimiento? Pues bien, la capacidad de
percibir el conocimiento radica en una cosa muy simple, que es esa habilidad
que tenemos par percibir ideas, y el conocimiento podría ser descrito como ese
conjunto de ideas inmutables. Un ejemplo de este tipo de ideas son los
conceptos matemáticos, por ejemplo, el teorema de Tales ya existía antes de ser
“descubierto” por Tales, pero Tales fue el primero que percibió esa idea y
averiguó como se relacionaba, pero el teorema de Tales ya existía antes de
Tales y siempre existirá. Otro ejemplo de una idea inmutable es la idea de un
círculo, que también seguirá existiendo siempre.
Vemos, sin embargo, algo opuesto a estas ideas inmutables e
inmateriales cuando observamos, por ejemplo, a un animal, un ser material sin
la habilidad de razonar, que realiza los actos para los que está en cierto modo
programado y morirá, ya que nada que sea material puede sr inmutable, sino que
está en constante cambio, ya que los animales no solo mueren, sino que también
evolucionan, es decir, al cabo de muchas generaciones serán otros animales
diferentes hasta tal punto que ni siquiera pertenecerán a la misma especie.
Los seres humanos contamos con ambas cosas, ya que tenemos
un alma y un cuerpo, es decir, estamos compuestos por unas determinadas ideas
(inmutable) y un cuerpo material que envejece y muere. Las ideas que nos
componen son eternas, como todas las ideas, mientras que nuestro cuerpo no lo
es, sino que es material y, por tanto, temporal.
Nuestras ideas y pensamientos (razón) deben lograr gobernar
nuestro cuerpo para que podamos adquirir conocimiento, por ejemplo, cuando
estamos cansados y debemos obligarnos a nosotros mismos a estudiar.
Sin embargo nuestros pensamientos en ocasiones podría
decirse que se rebelan de lo que sabemos que tenemos que tenemos que hacer, y
se ponen de parte de lo que nos pide el cuerpo. Un ejemplo claro de esto es
cuando tenemos discusiones con nosotros mismos sobre si, por ejemplo, deberíamos
seguir estudiando aunque estemos cansados, o cuando tenemos hambre entre horas
y pensamos en comer algo aunque sabemos que no es sano.
Nosotros debemos lograr imponernos a lo que nos pide el
cuerpo y perseguir nuestro objetivo, que es alcanzar el conocimiento, algo que solo lograremos mediante el
pensamiento y siguiendo la parte racional de nuestra alma.
Hay muy pocas personas que sean capaces de percibir ideas y
conceptos, que son, como ya hemos dicho antes, la esencia del conocimiento. Un
buen ejemplo de alguien cuyas ideas son lo bastante complejas como para
percibir este tipo de conceptos es Platón.
Platón defendía, como sucede aquí, que el ser humano estaba
compuesto de dos partes, una material (cuerpo) y una inmaterial (alma), y sus
ideas de lo que era el ser humano se han referido a uno de estos conceptos o a
ambos para definir lo que es el ser humano. Esto se ve claramente en el caso de
Descartes con el dualismo cartesiano, o en el caso de Hobbes solo que el se
refiere únicamente al cuerpo.
Como estos ejemplos también hay otros, pero ya queda claro
que Platón era un pensador excepcional, con una gran habilidad para percibir
ideas y conceptos.
Hay algunos que dicen que los seres humanos no tenemos alma
que somos seres puramente materiales y que todo lo que hacemos viene
determinado, pero esto no puede ser así, ya que, si esto fuese así , no habría
diferencia entre, por ejemplo, un asesino y alguien de médicos sin fronteras,
ya que todas nuestras acciones estarían predeterminadas, pero, como dijo Kant,
es necesario desde el punto de vista moral que seamos libres, y para ser libres
no podemos ser seres puramente materiales, ya que si lo fuésemos entonces
estaríamos predeterminados y no seríamos libres, por lo que de ahí se deduce
que para ser libres no podemos ser seres puramente materiales, es decir, es
necesario que tengamos alma.
También hay otros que dicen que el ser humano no es capaz de
actuar de una forma coherente y razonada, sino que se deja llevar por otros
impulsos. Bien, hay que darles la razón en cierto sentido, y que no todas las
personas son capaces de dejarse guiar por el pensamiento, sino que en ocasiones
se dejan llevar por los impulsos de su cuerpo y sus sentimientos, que podría
decirse que son pensamientos pero que se oponen al pensamiento racional, una
buena forma de explicarlo es el mito que hizo Platón de los caballos y
el auriga, en el que los sentimientos serían los caballos y el
pensamiento razonado sería en auriga, sin embargo el hecho de que algunos
individuos se dejen llevar no cambia la naturaleza de lo humano, que es el
pensamiento, ya que es eso lo que nos diferencia del resto de seres, aunque no
sepamos cómo hacer para dejarnos guiar siempre por él.
En este grupo de filósofos se encuentra, por ejemplo,
Nietzsche, que dice que lo que llamamos razón no es más que algo que utilizamos
para fingir ser grandes e importantes, y que la realidad es demasiado compleja
para entenderla por completo, pero esto es algo discutible, ya que la realidad
es una serie de conceptos ideas, infinitamente complejos, cierto pero se trata
de conceptos e ideas iguales a los que componen nuestra alma, nuestro
pensamiento, aunque este sea mucho más simple, y por tanto desde un punto de
vista teórico es perfectamente posible que podamos entenderla, aunque en la
práctica sabemos que, debido a nuestras limitaciones, es imposible que seamos
capaces de hacerlo, pero no hay ninguna razón, salvo esas limitaciones,
por la que no podamos hacerlo.
En resumen, el ser humano es un ser racional, con la
habilidad de pensar y de elegir libremente gracias a su alma, que son los
pensamientos e ideas que caracterizan a su alma, y cuyo fin es el conocimiento,
es decir, ser capaz de comprender los conceptos e ideas que componen la
realidad
Muy bien... platónica reflexión.
ResponderEliminarSaludos.
Pdt. ¿Tienes un poco soso el blog no? Alguna imagen no vendría mal: de la academia platónica o una representación del carro alado o lo que consideres más oportuno