viernes, 8 de mayo de 2015

El comunismo

Marx consideraba que el comunismo era la sociedad ideal, en la que no habría lucha de clases. Los medios de producción pertenecían a toda la población que tendría unas condiciones de vida dignas, y ninguno estaría alienado. Sin embargo hay que preguntarse si esta sociedad tan perfecta lo sería realmente.
Esto me ha llamado la atención porque me ha recordado a un libro que leí. En este libro los humanos tenían robots y salían al espacio a colonizar nuevos mundos. Estos nuevos mundos se convertían en unos mundos aparentemente perfectos, con buen tiempo y buenas condiciones, en los que la gente podía dedicarse a lo que deseara en función de sus capacidades porque los robots se ocupaban de todo. Estas personas consideraban que la Tierra, que era un mundo con lucha de clases en que la gente vivía con dificultades era terriblemente atrasado y que esas personas apenas eran humanas.
Sin embargo los que tenían una vida llena de facilidades y podían hacer lo que quisieran no eran felices ya que en muchas ocasiones no sabían qué era lo que querían hacer con su vida y se lo daban todo hecho. Sin tener que esforzarse y luchar por lo que querían no le encontraban sentido a la vida y sus sociedades terminaron por venirse abajo e ir desapareciendo porque esas personas no tenían nada que les motivara y les animara a expandirse y a tratar de ir más allá, de seguir colonizando. Pero la sociedad de la Tierra, impulsada por la lucha de clases y por el deseo de una vida mejor continuó y sobrevivió.
Lo que hay que preguntarse es si la utopía comunista, aún siendo viable, es lo mejor ya que al ser tan ideal parece que no nos deja nada por lo que luchar, nada que nos anime a superarnos a nosotros mismos. Cuando conseguimos algo que deseamos a través de nuestro trabajo, algo que repercute positivamente en nuestra vida y en la de los demás, nos sentimos orgullosos de ello y parece que nos da fuerzas y nos anima a seguir intentando cosas, pero en la sociedad comunista, en la que todos tenemos garantizada una vida digna en iguales condiciones a los demás parece que este impulso de tratar de ir más allá acabará por perderse ya que no tenemos nada por lo que luchar porque nada de lo que hagamos cambiará demasiado nuestra situación, aunque estemos viviendo nuestra vida ideal y tengamos esa satisfacción personal esa vida no nos aporta nada que nosotros no tengamos.
Y es que hay que tener en cuenta que las personas a pesar de toda la evolución seguimos teniendo algo de animales, y todos los animales son competitivos por naturaleza, todos queremos ser los mejores en algo y que se nos recompense por ello, y aunque en la sociedad comunista uno también puede ser alabado no llega a ser lo mismo, ya que esa recompensa no llegaría a traducirse en algo material, tú puedes trabajar muy duro y tus condiciones de vida no se diferenciarán mucho del que no trabaja casi nada.
En este sentido casi podría decirse que este tipo de sociedad ideal también nos aliena, pues nos quita aquello que nos empuja a ir más allá, a tratar de lograr adelantos técnicos y conseguir mejorar nuestras condiciones de vida, y al igual que en el ejemplo de los robots podría acabar decayendo, ya que los seres humanos necesitamos una meta, algo por lo que luchar.

lunes, 30 de marzo de 2015

El mito de la caverna

Me parece interesante interpretar el mito de la caverna desde una perspectiva kantiana, distinta a la de su autor original.
Por ejemplo, para Kant la luz del sol y las cosas tal y como son, es decir, lo que conocemos se correspondería con el fenómeno, compuesto por el sujeto en base a los datos que le proporcionan los sentidos, es decir, las sensaciones y las formas a priori del conocimiento. Así, el único conocimiento verdadero sería las matemáticas y la física, con sus juicios sintéticos a priori. Esto contrasta con la perspectiva de Platón, que opinaba que el verdadero conocimiento provenía de la dialéctica y la práctica de la filosofía y que se obtenía completamente al margen de los sentidos. Sin embargo esto llama la atención si lo comparamos con la opinión de Kant, que nos dice que es imposible llegar a conocer la cosa en sí o nóumeno, que solo podemos conocer el fenómeno.
Sin embargo para Kant lo que hay en el interior de la caverna podría corresponderse con la metafísica, que es imposible que sea una ciencia pero que sí es una ilusión trascendental, es decir, inevitable en el ser humano, aunque para Platón esto se correspondería con la física y el conocimiento que obtenemos a partir de los sentidos. Y las sombras y objetos para Kant podrían ser el nóumeno, que puede ser pensado pero no conocido y por tanto solo podemos especular sobre su naturaleza.
Al hablar del modo en que se produce el conocimiento válido Kant nos dice que el conocimiento científico se basa en los juicios sintéticos a priori, que se dan en las matemáticas y en la física, ya que los juicios analíticos a priori, propios de la lógica, son meras tautologías y los juicios sintéticos a posteriori son contingentes. Y los juicios sintéticos a priori se forman por la combinación de las formas a priori del conocimiento con las sensaciones, de modo que el conocimiento está basado en la experiencia. Sin embargo en el mito de la caverna Platón dice que el conocimiento consiste en enseñar a la gente a ver las ideas, completamente a priori es decir, independientemente de la experiencia y en un mundo distinto, el eidético. Está claro que estas dos diferentes concepciones del conocimiento son muy distintas, sin embargo ambas asignan un papel a la mente humana en el conocimiento, en el caso de Kant de nuestra condición humana salen las formas a priori de la sensibilidad, espacio y tiempo, comunes a todos los seres humanos y los conceptos o categorías, y en el caso de Platón la mente, que se correspondería con el alma es la que tiene todos los conocimientos debido a que pertenece al mundo de las ideas.
Está claro que la percepción del conocimiento cambio mucho de uno a otro, puede que por la sociedad en la que vivían, un aspecto que me resulta curioso es que, en el mito de la caverna, desde una perspectiva platónica es el filósofo quien libera al prisionero y le ayuda a alcanzar la verdad, mientras que desde la perspectiva kantiana podría decirse que el propio Platón es en realidad el prisionero, contemplando las sombras, que serían la metafísica, sin darse cuenta de que no es ni puede ser conocimiento verdadero porque no poseemos impresiones sensibles sobre ella.

miércoles, 25 de febrero de 2015

La ética de Hume

Hume, además de ser un importante filósofo empirista también tenía una interesante teoría ética, que rompe con la concepción tradicional, que insistía en basar lo que es correcto en la razón, como hicieron Platón, que decía que la virtud coincidía con el conocimiento, o Aristóteles, que decía que la virtud era el justo medio marcado por la razón, o Descartes, que nos ofrecía unas normas morales para guiarnos en la vida, que había formulado empleando la razón para ayudarnos a llevar una vida lo más cómoda posible.
Para Hume la existencia de la moral es una cuestión de hecho, es algo que se observa constantemente en todos los seres humanos en sus reacciones frente a los actos que se llevan a cabo. Sin embargo la moralidad no depende de la razón, ya que si lo hiciera las distinciones morales, lo que hace que una acción nos parezca buena o mala se trataría o bien de una cuestión de hecho o bien de una relación entre ideas. No obstante vemos que no es así, cuando analizamos las acciones sobre las que vamos a emitir un juicio moral lo "bueno" y lo "malo" no son impresiones que nos provoquen los objetos, por lo que no se trata de una cuestión de hecho, y tampoco se trata de una relación entre ideas ya que solamente se aplica cuando el acto ha sido realizado por un ser humano, si no ha sucedido por acción humana entonces no se realiza un juicio moral, y si la moralidad se tratase de una relación entre ideas entonces tendríamos que percibirla en todos los actos y no solo en los realizados por seres humanos.
Además, hay que tener en cuenta que no podemos deducir ningún juicio moral a partir del análisis y la observación de hechos ya que no se puede deducir lo que debería ser a partir de lo que es, puesto que se trata de sentimientos.
Consideramos que algo es bueno o malo en función de los sentimientos que nos produce como seres humanos que somos. Estos sentimientos tienen cierta regularidad, es decir, las acciones que nos causan un placer moral deben tener determinadas características, que son las mismas para todos los seres humanos, evitando así el relativismo moral. Hume considera que la utilidad es una de las principales características que deben tener las acciones para considerarlas admirables, ya que se encuentra en la base de todo lo que consideramos bueno. Se trataría de la utilidad para la sociedad, no para un individuo concreto ya que nunca podremos ser verdaderamente felices si los que nos rodean no lo son.
Sin embargo esto no quiere decir que todos vayamos a estar de acuerdo ya que alguien puede equivocarse en su valoración al faltar elementos a considerar, o al tener una educación moral deficiente o al sufrir alguna patología.
En definitiva, para Hume la moralidad es una cuestión de sentimientos, las acciones son buenas o malas en función de los sentimientos que provoquen en nosotros, que suelen ser los mismos en todas las personas, y suelen basarse en la utilidad que pueda tener una determinada acción para la sociedad.

martes, 24 de febrero de 2015

Relaciones entre el cuerpo y el alma

Descartes, el fundador del racionalismo, no tiene una explicación satisfactoria sobre las relaciones del cuerpo y el alma. Él afirma que el alma influye sobre el cuerpo a través de la glándula pineal, pero que se trata de dos sustancias separadas, res cogitans y res extensa, que no tienen nada que ver entre sí. Esta explicación no es satisfactoria porque el yo, el alma es inmaterial y no puede comunicarse con algo material a través de un comunicador que también es material.
Otros racionalistas han propuesto otras soluciones a este problema.
Por ejemplo, Malebranche fue un filósofo que trató de hacer una síntesis de las teorías racionalistas y agustinistas. Para él Dios es la causa de todo lo que sucede en el mundo, y todas las cosas que llamamos causas son solo ocasiones. Por tanto el cuerpo y el alma son dos sustancias inconexas e independientes, que solo se relacionan gracias a Dios, que es quien nos da el conocimiento, ya que al no haber contacto entre la mente y el cuerpo no podríamos conocer nada. Las cosas se conocerían siendo "vistas en Dios". Hay que tener en cuenta que esta es una idea sacada del agustinismo, que nos dice que conocer consiste en ver las ideas en la mente de Dios, afirmación de clara resonancia platónica, solo que cambiando el mundo eidético por la mente de Dios.
Otro filósofo racionalista que también ofrece una explicación a estas relaciones es Spinoza. Para él el cuerpo y el alma son partes de una misma entidad: el ser humano, ya que la única sustancia verdaderamente existente sería Dios y el resto de cosas no serían más que atributos, incluyendo el cuerpo y el alma que actuarían de forma paralela e interactiva.
También nos da una explicación Leibniz, que opina que Dios hace haya una armonía preestablecida entre el cuerpo y el alma, como si fuesen dos relojes sincronizados pero sin influir el uno sobre el otro. Dios ha "programado" el cuerpo de tal manera que va a realizar todos los movimientos que quiera realizar el alma a lo largo de la vida, sin posibilidad de cambiarlos.

domingo, 4 de enero de 2015

La Fundación

El tema de la religión me ha resultado interesante por su relación con un libro que he leído hace poco: La Fundación, de Isaac Asimov. Es un libro de ciencia ficción, que comienza con la existencia de un Imperio Galáctico, que gobernaba la galaxia. En esa época existe una ciencia, la psicohistoria, desarrollada por un matemático llamado Hari Seldon y que, aplicada a grandes masas permite predecir el futuro de forma bastante exacta. Así, Hari Seldon ve que el Imperio está en declive y acabará cayendo, lo que provocará el comienzo de treinta mil años de barbarie. Aunque la caída del Imperio es inevitable, gracias a la psicohistoria Hari Seldon ve el modo de reducir el periodo de barbarie a solo mil años. Para conseguirlo crea la Fundación, situada en un planeta remoto y de pocos recursos, habitada por científicos y que debe ser el núcleo de un nuevo imperio. Gracias a la psicohistoria este científico ha podido prever las distintas crisis a las que tendrán que enfrentarse.
A mí lo que me ha llamado la atención es que al principio, como mecanismo de defensa contra vecinos más poderosos es la religión.
Como, al ser un mundo de científicos, la Fundación tiene tecnología más avanzada que los demás la utiliza como moneda de cambio, pero presentándola como algo místico y religioso e instaurando una iglesia que controle su uso, dirigida por ellos, y que forma "sacerdotes" en los distintos mundos, que son los encargados de hacer funcionar los distintos aparatos pero que solo tienen conocimientos empíricos y que creen firmemente en lo que se les dice.
Esto tiene similitudes con la filosofía medieval, sobre todo con la del primer periodo, en el que se creía que la razón no tenía nada que aportar a la fe, algo que en este libro es potenciado por los científicos, que no quieren que los demás lleguen a la conclusión de que todo es una farsa y les ataquen, por lo que animan las supersticiones.
Es muy similar a la forma que tenía la religión cristiana de dominar durante toda la Edad Media, ya que sin dar órdenes la Iglesia era escuchada y obedecida en la mayoría de los casos y no se permitían modos de pensar que llevaran la contraria al dogma cristiano.
Sin embargo hay que prestar atención a las diferencias ya que en la Edad Media todo esto impidió el desarrollo de las ciencias mientras que en el libro este engaño contribuía al desarrollo de la ciencia, ya que sin él los científicos habrían sido conquistados y habrían muerto.
En los grados del saber de Aristóteles el que habrían tenido los sacerdotes sería solo el empírico, ya que no sabían cómo ni por qué funcionaban todos los aparatos.
De este modo la gente quedaba tan convencida de la existencia de su Dios que no se cuestionaban las cosas, de modo que en el mito de la caverna de Platón se corresponderían con los prisioneros, que no ven la realidad sino solo sombras, que ellos están convencidos de que son reales.
Es curioso como se puede ver que, en la religión, la mayoría de los creyentes tienen el papel de los prisioneros del mito de la caverna, ya que aunque ellos se creen en posesión de la verdad, que han alcanzado mediante una revelación en realidad esa verdad en muchas ocasiones hace que se comporten de un modo un tanto absurdo y acaben negando la verdad cuando la tienen delante.
Por ejemplo, en este libro cuando los líderes de un planeta cercano y con más recursos decidieron atacar la Fundación los ciudadanos no lo permitieron ya que la consideraban un lugar sagrado, de donde provenían sus bendiciones, y las naves espaciales que habían enviado para la conquista se amotinaron.
De este modo la Fundación logró conquistar todos los mundos vecinos, en los que había sacerdotes y cuya población había sido adoctrinada, sin tener que luchar, ya que los habitantes de esos  mundos, en su gran mayoría, deseaban ser conquistados.
Del mismo modo durante la Edad Media y más adelante se justificaron las monarquías absolutas y la sociedad estamental, porque se consideraba que las cosas eran tal y como las había dispuesto Dios.
Sin embargo, más adelante se deja atrás la religión como instrumento de conquista y pasan a utilizar el comercio, cosa que a mí me resulta interesante, ya que parece producirse un paralelismo con el modo en que se desarrolló la sociedad desde el imperio romano, que podría identificarse con el imperio de los libros, pasando por la Edad Media, que sería la época de la religión, para llegar a finales de la Edad Media y principios de la moderna utilizando ya el comercio.
En definitiva es un libro del que se pueden sacar conclusiones muy interesantes.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

La ética de Aristóteles

Aristóteles tenía ciertas ideas acerca de lo que significaba la virtud, su definición de la virtud era " una disposición adquirida de la voluntad, consistente en un justo punto medio relativo a nosotros, determinado por la recta razón y tal y como lo concretaría el hombre prudente".
Sin embargo en las series de televisión actuales podemos ver a personajes que son el completo opuesto de esta definición, por ejemplo el personaje Barney Stinson de la serie Cómo conocí a vuestra madre.
Barney nunca se comporta del modo que recomienda Aristóteles. Para empezar a él le encanta el exceso, jamás se queda en un punto medio sino que se dedica a vivir a lo loco, se emborracha a menudo y se acuesta con muchas mujeres, algo que es totalmente opuesto a un punto medio. Como nunca practica actos virtuosos le es imposible adquirir esta costumbre, y en cuanto al consejo del hombre prudente se dedica a ignorar todos los consejos de sus amigos que le suelen recomendar que tenga otro tipo de conducta.
Es más en la serie ya se ve que este comportamiento no le lleva a la felicidad, algo que a Aristóteles le parecería de lo más normal, ya que su conducta está mal ordenada, puesto que busca el placer por encima de todas las cosas, y de un comportamiento así no puede conseguirse la felicidad.
Sus excesos son evidentes durante toda la serie ya que en su casa tiene una televisión que le ocupa toda una pared de su salón, y en una ocasión aparece con un traje que llevaba diamantes.
En resumen, que con esa conducta que podríamos llamar irracional, ya que hace lo que le viene en gana y nunca se para a pensar en las consecuencias, para Aristóteles es imposible que Barney pueda alcanzar la felicidad, sin embargo para otros filósofos, que dicen que en el placer está la felicidad, como Aristipo, esta conducta es la que debería tener todo aquel que desee ser feliz.
Esto también se puede ver en otras series y en otros personajes. Por ejemplo en la serie de Dos hombres y medio los hermanos Charlie y Alan tienen básicamente conductas opuestas, sin embargo para Aristóteles ambas están mal ordenadas y ninguna puede conducir a la felicidad.
Por un lado Charlie tiene un comportamiento muy similar al de Barney, le encanta ir de fiesta y los excesos y busca el placer a toda costa.
Sin embargo Alan es pobre, a diferencia de su hermano, y lo que le obsesiona es la riqueza, siendo increíblemente tacaño, una conducta que también está mal ordenada para Aristóteles ya que no es un comportamiento virtuoso dado que persigue como fuente de la felicidad algo que solo es un medio para adquirirla, y así no se puede ser feliz.
Barney

Charlie y Alan

viernes, 31 de octubre de 2014

El nombre del viento

Es el primer libro de una trilogía que narra las aventuras de Kvothe, y que es mas o menos una biografía, yendo desde su infancia hasta su edad adulta. se encuentra situado en un mundo medieval fantástico, en el que existe magia y criaturas fantásticas. Kvothe trata de aprender magia para poder vengar el asesinato de sus padres, yendo a la universidad, que era un centro del saber. A pesar de que es una historia muy interesante a mí para esto me parecen más importantes las ideas filosóficas que aparecen y el cómo pueden relacionarse con Platón.
Por ejemplo, para poder hacer magia hay que conocer los nombres de las cosas, que es lo que quiere aprender Kvothe, en concreto el nombre del viento (de ahí el título), unos nombres que son la esencia de las cosas, algo que se puede relacionar fácilmente con las ideas de Platón, del mismo modo que para Platón la idea es la esencia de una cosa, lo que hace de ella lo que es, aquí el nombre es la esencia de la cosa y conociéndolo se puede controlar esa cosa. Incluso podemos ver algunas metáforas para explicar la relación entre el nombre y la cosa que son muy similares a la noción de imitación que nos da Platón para relacionar cosas e ideas.
Otra cosa que tiene esta trilogía en común con Platón es el contexto, del mismo modo que Platón vivía en una Atenas decadente controlada por políticos de inspiración sofista, que no poseían verdadero conocimiento, en el mundo de Kvothe antes muchos conocían los nombres de las cosas, que se suponía que era el objetivo de todos los que sabían  magia, ahora ese conocimiento ha ido desapareciendo y ya no se valora, incluso en la Universidad se valoran más otras disciplinas que, aunque "mágicas" no suponen el mismo tipo de conocimiento. No solo eso sino que algunos que han estudiado los nombres se han vuelto locos porque su mente no podía aceptar esa realidad, y otros, a pesar de no estar locos se comportan de forma extraña y aparentemente sin sentido. Esto también se puede relacionar con Platón, particularmente con el mito de la caverna. Del mismo modo que los prisioneros no hacen caso al prisionero liberado y se burlan de él, los habitantes de la Universidad que desconocen los nombres se burlan de los que sí los conocen y se comportan de un modo incomprensible para ellos porque han contemplado la esencia de las cosas y poseen el verdadero conocimiento de ellas.
También hay un pueblo, los Adem, que son una especie de nación y en el que se pueden encontrar muchas relaciones con Platón. Los Adem son mercenarios, pero no en el sentido estricto de la palabra, ya que tienen algo llamado el Lethani, que básicamente consiste en hacer lo que es correcto, pero entendido de forma muy filosófica, dado que es algo que desarrollan mediante el diálogo, haciéndose preguntas unos a otros y dejando que su mente encuentre las respuestas, es decir, dejando que su alma recuerde. Esto también lo podemos relacionar con Platón, con el arte de la dialéctica y la idea de Bien.
Es decir, que se centran en actuar de forma correcta pero no buscando su propio bien sino el bien común. Esto también podemos relacionarlo con la máxima platónica de aprender es recordar, ya que consiste en llevar la mente a un estado de meditación, que esté relajada y dejar como que responda sola,  hablando en términos platónicos, que recuerde aquello que conocía cuando formaba parte del mundo de las ideas.
Otra cosa curiosa que tienen estos personajes es que en ellos parece cumplirse parte del estado ideal de Platón ya que sus líderes son los que mejor conocen el Lethani, es decir, los que mejor conocen la idea de Bien, pero no solo eso ya que hay guerreros, que serían los que trabajan como mercenarios para llevar dinero a la nación, y que se corresponderían a los guardianes, y gente que trabaja en los oficios normales, que se corresponderían a los productores y ambos grupos deben conocer el Lethani.
En definitiva, es impresionante el impacto que la filosofía platónica ha tenido en nuestro pensamiento, ya que su influencia todavía se deja notar.